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El presidente de Bolivia, Luis Arce, usó su plataforma en la Asamblea General de las Naciones Unidas para proponer un programa socialista de 14 puntos para transformar el mundo.
“Hoy nos encontramos frente a una crisis capitalista múltiple y sistémica que pone cada vez más en riesgo la vida de la humanidad y del planeta”, advirtió.
Continuó: “Debemos no solo reflexionar sobre las crisis económica, social, alimentaria, climática, energética, hídrica, y comercial, sino identificar con claridad el origen para cambiar un sistema que reproduce la dominación, explotación y exclusión de grandes mayorías, que genera concentración de la riqueza en pocas manos, y que prioriza la producción y reproducción del capital antes que la producción y reproducción de la vida.
“A la par de la crisis múltiple y sistémica del capitalismo, observamos la recta final del mundo unipolar”, al mandatario boliviano agregó, advirtiendo sobre los peligros de la guerra.
“Pero lastimosamente observamos el deterioro creciente del sistema multilateral por el capricho de las potencias capitalistas de no resignarse a la existencia de un mundo multipolar y con equilibrio de poder”.
Luis “Lucho” Arce representa al partido el Movimiento al Socialismo (MAS). Economista socialista de formación, se desempeñó como ministro de economía del expresidente Evo Morales.
Morales fue derrocado en un violento golpe de estado en 2019, patrocinado por el gobierno de Estados Unidos y dirigido por la extrema derecha. Pero después de casi un año de rebelión popular, los movimientos sociales de Bolivia derrotaron al régimen golpista, y Arce ganó las elecciones presidenciales de octubre de 2020 de forma aplastante.
En la ONU, Arce pronunció un discurso amplio de 4000 palabras en el que describió su ambiciosa visión para cambiar el sistema capitalista global, con 14 propuestas concretas.
1. Declarar al mundo como zona de paz
Muchos conflictos armados son “promovidos por las trasnacionales de la guerra, pero también por el afán de imponer un orden político y económico mundial, funcional a los intereses del capitalismo”, dijo Arce.
Pidió una campaña concertada para garantizar la paz mundial. El mandatario boliviano enfatizó que el mundo debe trabajar “para lograr un alto al fuego entre Rusia y Ucrania, para que los derechos históricos del estado y pueblo palestinos sean respetados, y que la OTAN deje de pensar en sus planes expansionistas.”
2. Sustituir la fabricación de armas de destrucción masiva por una justa compensación a los pobres del mundo
Las armas nucleares amenazan la vida en el planeta, advirtió Arce.
Propuso “sustituir los gastos militares para la fabricación de armas de destrucción masiva por una justa compensación económica que los países del capitalismo central le deben, moral e históricamente, a los países de la periferia y a los pobres del mundo.
3. Contra la mercantilización de la salud, sistemas universales de salud
La pandemia del Covid-19 “expuso las vulnerabilidades y desigualdades de los sistemas de salud en todo el mundo, así como del sistema financiero y la economía mundial”, dijo el mandatario boliviano.
Insistió en que el estado tiene una “obligación de proteger y garantizar los derechos colectivos” y reducir “los efectos de la crisis económica mundial en los sectores más vulnerables de la población”.
4. Programa global de soberanía alimentaria en armonía con la madre tierra
El hambre en el mundo está empeorando, no mejorando, advirtió Arce.
En 2021, 828 millones de personas padecieron hambre, lo que representa el 9,8% de la población mundial.
Propuso un programa para fortalecer la soberanía alimentaria, apoyando a los pequeños productores agrícolas, entregando a los campesinos y agricultores todas las semillas, fertilizantes, tecnología y apoyo financiero que necesiten.
5. Reconstruir las capacidades productivas y económicas de los países de la periferia golpeados por la irrefrenable lógica concentradora del capital
El presidente boliviano advirtió sobre el daño que está causando en el mundo la crisis de inflación y el rápido aumento del precio de la energía, los fertilizantes y las materias primas provocado por la guerra subsidiaria en Ucrania.
Pidió alivio de la deuda para el Sur Global, manteniendo que “es vital la reestructuración de la arquitectura financiera mundial para el alivio de la deuda externa a nivel global, de manera que los países en desarrollo tengamos el espacio para implementar soberanamente políticas sociales desde un enfoque de desarrollo económico y social, integral y sustentable”.
“Y, como siempre ha sido un grito desde los países del Sur, hay que equilibrar las relaciones de intercambio que en la actualidad siguen beneficiando solo al Norte”, dijo.
Arce luego explicó cómo su gobierno ayudó a estabilizar Bolivia y recuperar su economía después del caos del golpe de estado de extrema derecha de 2019 respaldado por Estados Unidos.
“Luego de la recuperación de la democracia en 2020”, contó, retomaron su “Modelo Económico Social Comunitario Productivo, un modelo económico soberano en el que no aceptamos ni aceptaremos imposiciones del Fondo Monetario Internacional”.
Explicó que su modelo económico “está basado en un rol activo del estado en la economía, en la nacionalización de nuestros recursos naturales estratégicos, la articulación de todas las formas de organización económica, el fortalecimiento de la inversión pública, la industrialización con sustitución de importaciones, la dinamización del mercado interno, la diversificación productiva, la seguridad con soberanía alimentaria, la redistribución de los ingresos, la lucha contra la pobreza y las desigualdades”.
Agregó que este modelo económico también está influenciado por las tradiciones comunales indígenas de Bolivia.
Arce se jactó de que este modelo ha sido tan exitoso que Bolivia tuvo una tasa de inflación de apenas 1,6% en agosto. El país tiene la tasa de inflación más baja de toda América Latina, y una de las más bajas del mundo.
“Lamentamos que, mientras los países del capitalismo central apuestan con grandes sumas de dinero por la guerra, se hacen ínfimos aportes para el desarrollo integral y sostenible, para la descolonización y despatriarcalización, la erradicación de la pobreza, las desigualdades económicas y sociales”, djio.
“Un ejemplo de ello es que en los últimos meses se han dedicado 20 veces más recursos financieros al conflicto en Europa del Este que lo comprometido al Fondo Verde del Clima en una década.”
6. La crisis climática requiere responsabilidad, solidaridad, armonía entre los seres humanos y la naturaleza y no usura
Arce advirtió que la “crisis está pasando a colapso ecológico”, pero lamentablemente, “los países que tienen los medios para cambiar sus patrones de producción y consumo no tienen la voluntad política para hacerlo, y los que nos hemos planteado metas ambiciosas no hemos recibido los medios de implementación comprometidos en la Convención [de la ONU] y el Acuerdo de París para alcanzarlas”.
Además, resaltó, los acuerdos internacionales que ya existen no toman “en cuenta las responsabilidades históricas de los países desarrollados, ni las capacidades y limitaciones de los países en desarrollo”.
En una nota sarcástica, agregó, “Tal vez, los deudores climáticos históricos quisieran que todos nos preocupemos solamente del futuro, para evitar discutir en el presente las promesas incumplidas a los países en desarrollo sobre financiamiento, transferencia de tecnología y fortalecimiento de capacidades”.
Los “siglos de ‘mal desarrollo’ capitalista” hicieron mucho daño, Arce lamentó.
“Estamos convencidos de que un futuro bajo en emisiones y resiliente al clima no es posible si seguimos concentrando la riqueza y los ingresos en pocas manos. Por lo tanto, para revertir la crisis climática necesitamos resolver las contradicciones económicas, sociales, y políticas ocasionadas por el modelo capitalista, así como también las que existen entre los seres humanos y la naturaleza”.
7. La industrialización del litio, para beneficio de los pueblos y pilar fundamental para la transición energética
Al señalar que Bolivia cuenta con las mayores reservas de litio del planeta, Arce se comprometió a utilizar esos recursos “con mucha responsabilidad”, “garantizando que su utilización sirva para el beneficio de la humanidad, como pilar fundamental de la transición justa global a un futuro bajo en emisiones y respetando a la Madre Tierra”.
“Queremos que nuestras reservas de litio no sigan el camino de otros recursos naturales que, en las condiciones del colonialismo y el desarrollo capitalista, solo sirvieron para aumentar la riqueza de unos cuantos y provocar el hambre de los pueblos”, dijo.
“En este sentido, ratificamos la soberanía sobre nuestros recursos naturales como el litio, su industrialización, el beneficio orientado hacia el bienestar de los pueblos, no de transnacionales ni de un pequeño grupo privilegiado, y la apropiación soberana del excedente económico para ser redistribuido especialmente entre la población de menores ingresos”, prometió el mandatario boliviano.
Citando una declaración de la comandante del Comando Sur (Southcom) de las fuerzas armadas estadounidense, Arce advirtió que el llamado “Triángulo del litio” en América del Sur, conformado por Bolivia, Argentina y Chile, “se encuentra en la mira de Estados Unidos”.
U.S. SOUTHCOM Commander:"This region is so rich in resources.. it's off the charts rich."
"60% of the world's lithium is in the region; you have heavy crude, you have light sweet crude, you have rare earth elements, you have the Amazon.." pic.twitter.com/33dQ6EXKAo
— Kawsachun News (@KawsachunNews) July 20, 2022
8. De la nacionalización a la regionalización de la lucha contra el narcotráfico
En la mañana el mismo día, el 20 de septiembre, unas horas antes de que el presidente boliviano Arce hablara en las Naciones Unidas, el primer presidente de izquierda de Colombia, Gustavo Petro, usó la Asamblea General para declarar que “la guerra contra las drogas ha fracasado”.
Petro criticó la estrategia violenta del gobierno de EEUU y su militarización de América Latina, así como su sistema interno racista de encarcelamiento masivo de estadounidenses negros.
Cuando Arce subió al podio en la ONU, hizo comentarios similares.
“Queda claro que la guerra contra las drogas, principalmente aquella desatada por Estados Unidos, ha fracasado”, dijo el mandatario boliviano. “Y por tanto existe una imperiosa necesidad de que este país efectúe un análisis profundo sobre el cambio en su política, en atención a que se ha convertido en uno de los principales países consumidores, lo que ha derivado en la gestión anterior, en la lamentable muerte de más de 100.000 personas por sobredosis y adición a las drogas, dentro de su territorio”.
“Hay que cambiar de enfoque en el abordaje de la lucha contra el narcotráfico. Seguir haciendo énfasis en la oferta y no en la demanda solo ha servido como pretexto para la militarización y para el despliegue de la Guerra Internacional contra las Drogas”, Arce agregó. “Eso ha afectado a los campesinos en el Sur y deja en la absoluta impunidad a los grandes grupos criminales, nunca identificados públicamente, en los países cuyas poblaciones consumen masivamente todo tipo de drogas”.
“La ‘Guerra Internacional contra las Drogas’ criminaliza y genera sanciones unilaterales contra países del Sur, pero blinda el lavado de activos, facilita el tráfico de drogas y otros delitos conexos en los países del norte. Eso ya no puede seguir así”.
Arce planteó “la ‘regionalización’ de la lucha contra el narcotráfico bajo un enfoque integral que sea menos militarizado y mas económico-social”.
9. Fortalecer los mecanismos internacionales para un trato preferencial para los paises sin litoral
En su discurso ante la ONU, Arce propuso la idea de que los países tienen el “derecho del mar”.
Para naciones sin salida al mar como Bolivia, “enfrentamos graves dificultades en su acceso al mar y el aprovechamiento de sus recursos, tomando en cuenta que los espacios marinos se constituyen en zonas de gran potencialidad para el desarrollo de los países, en especial de los países en desarrollo”.
“Todos los países tenemos el derecho a acceder y utilizar el espacio oceánico y los recursos marinos”, agregó. Y para proteger esos hábitats, “Debemos asegurar la distribución justa de derechos y responsabilidades respecto de la riqueza marina”.
10. Apliar nuestra visión restringida de derechos humanos y democracia
“Necesitamos ampliar nuestro criterio de derechos humanos y su relación con la democracia”, Arce imploró.
“No existe ninguno de los dos”, argumentó, “cuando la preservación de los privilegios de unos pocos se hace a costa del incumplimiento efectivo de los derechos económicos, sociales y culturales de las mayorías”.
Como ejemplo de cómo se puede hacer esto, Arce presentó el modelo plurinacional de Bolivia, que proporciona una representación igualitaria para los 36 pueblos indígenas que conforman el país.
11. Solidaridad intergeneracional
El mandatario boliviano también llamó a proteger a las poblaciones de mayor edad que en ocasiones son olvidadas por la sociedad.
“Esta generación vibrante y productiva tiene que ser solidaria con quienes han construido los primeros cimientos de nuestras casas”, dijo.
“No se puede asegurar la equidad con las futuras generaciones si no consolidamos la equidad entre las generaciones presentes”.
12. Declarar el decenio de la despatriarcalización para luchar contra toda forma de violence hacia las mujeres y niñas
Arce condenó “la persistencia de la violencia contra las mujeres y niñas y, en particular, las mujeres y las niñas indígenas y en situación de pobreza”.
“La pandemia y las crisis estructurales del capitalismo, están deteriorando las condiciones de vida, especialmente de las mujeres, del campo y de las ciudades”, dijo. “Ellas siguen enfrentando formas complejas e interseccionales de violencia”.
El gobierno boliviano oficialmente declaró el 2022 como el “Año de la Revolución Cultural para la Despatriarcalización: Por una vida libre de violencia contra las mujeres”.
“Y estamos impulsando políticas orientadas no solo a fortalecer marcos normativos, sino a atacar las causas estructurales de la violencia, desde la educación, el fortalecimiento de la autonomía económica de las mujeres, y también a través de procesos culturales, para transformar esta lamentable realidad, originada por el patriarcado, como el sistema más antiguo de opresión, y que se retroalimenta con el colonialismo y el capitalismo”.
13. Rechazar las sanciones unilaterales
Condenando la imposición de sanciones, Arce declaró, “Es inconcebible, en un mundo golpeado por la crisis y la pandemia, que aún se apliquen medidas coercitivas unilaterales con el objeto de doblegar Gobiernos a costa del hambre y el sufrimiento de sus pueblos”.
El mandatario boliviano denunció “el inhumano y criminal bloqueo comercial y financiero [de EEUU] contra Cuba, que pone en riesgo la vida de millones de ciudadanas y ciudadanos”.
“Es un crimen contra la humanidad mantener ese tipo de medidas y de paso incorporar a este país a la lista de los países patrocinadores del terrorismo”, dijo Arce.
Cada año, más del 95% de los 193 estados miembros de Naciones Unidas votan para oponerse al bloqueo unilateral de Estados Unidos contra Cuba, y sin embargo Washington lo ha mantenido durante seis décadas.
La impunidad de que goza Estados Unidos a pesar de estas formas ilegales de agresión muestra “cómo las decisiones mayoritariamente tomadas cada año en esta Asamblea son incumplidas por determinados países”, lamentó Arce.
14. Garantizar la plena vigencia de la carta de la ONU y el principio del multilateralismo
“La crisis multidireccional por la que atraviesa el planeta como resultado de la ambición capitalista, lejos de superase se agudizará si no se toman medidas urgentes”, Arce advirtió al final de su discurso.
“Sólo a través de un multilateralismo fortalecido podremos alcanzar un mayor diálogo y cooperación en la búsqueda de soluciones a esa crisis”.
El mandatario boliviano afirmó que su país está haciendo una “revolución” que se dedica “superar la actual polarización de la arquitectura mundial, superar el orden capitalista que nos ha metido a una carrera vertiginosa, peligrosa e ilimitada de consumismo que pone en riesgo a la humanidad y el planeta, y mas bien construir un mundo más justo, inclusivo y equitativo, para todas y todos”.